En la Isla Norte, Te
Ika un Maui, un hombre camina balduendo, lejos del que fuera su hogar.
Porta una mochila con dos botellas de agua y algunos kiwis, demasiado maduros.
También una soga.
Al otro lado del mundo, el naranja crepuscular tiñe el Valle
del Jerte. Una joven aprovecha para contemplarlo por última vez ese día. Cruza
una linde, hasta llegar a una hilera de cerezos. Abraza a uno. El gusto de su
fruto se extiende por toda la boca mientras saborea el recuerdo.
El hombre ha llegado a los pies del Monte Taranaki. Deja su
mochila en el suelo, y saca la cuerda. Mira en derredor en busca de un árbol.
La joven ha terminado su pequeño banquete de rubíes. Antes de
que se eche la noche debe volver. Coge dos huesos para enterrarlos, no muy
lejos de allí. Y sonríe antes de partir.El hombre encuentra un árbol; no es el que esperaba. Este tiene frutos rojos, tan brillantes como apetecibles. Atraído por lo desconocido se lleva uno a la boca, y después de mucho tiempo, cree ver todo de otra forma.
"Árbol antípoda" de © Tomi Caballero
Y aquí podéis leer el microrrelato "Regeneración", con el que recientemente he ganado la propuesta de la AVV El Vedat para el tema #Sociedad.
Tiene un regusto a efecto mariposa pero con resultados positivos, Miguel Ángel. Enhorabuena por el reconocimiento.
ResponderEliminarJuan M
juanmanuelsanchezmoreno.blogspot.com
Pues sí, parece que siempre está asociado a los negativos, por qué no así.
EliminarGracias, y un saludo.
Hoy estás románico. Pues vale. Narrador cámara para que el lector se estruje. Es un "efecto mariposa" energético, o unos vasos comunicantes poéticos, o se pasó haciendo el hoyo para sembrar los huesos del cerezo. Por cierto, que "balduendo" no sé que significa, pero como está caminando allá abajo supongo que quiere decir deambulando. Ya está.
ResponderEliminarPor cierto, que con las etiquetas que pones das todas las pistas que se necesitan.
EliminarEspero no pasarme ni por exceso ni por defecto...
EliminarAh, balduendo, que probablemente venga de baldío, en algunas zonas significa eso: vagar, deambular sin rumbo.
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ResponderEliminarEs bonito pensar, como en tu cuento, que las fuerzas positivas de acá pudieran actuar allá en las antípodas... Me ha gustado tu blog, volveré.
Besito volado.
Conexiones así serían únicas... quién sabe.
EliminarBienvenida, pásate cuando quieras. Un abrazo.
Me gusta esa acción-reacción inmediata. Un relato lleno de romanticismo, Miguel Ángel, Vales para todo!!!
ResponderEliminarUn besoooo
Uy, ¡eso es mucho decir! Pero bueno, si te gusto el texto me alegra.
EliminarUn beso, Amparo.