Ventana al mundo

Ventana al mundo

viernes, 19 de julio de 2013

REDENCIÓN

Yo, señor, no soy malo, sólo un hombre avergonzado por lo que ha hecho. No sé qué me pasó. Quizá me faltó descanso o... una mala semana. Las circunstancias, eso es, ¿recuerda? ¿No era así aquello que leímos del poeta? Filósofo, sí. ¿No ve? Usted es quien sabe de los dos. Yo solamente soy un pobre ignorante. Pero sabe que también honrado, y que nunca tuve intención, se lo juro por lo más sagrado. ¿Que cómo puedo estar seguro? Son ya veinte años, señor, y nunca le he dado ningún problema. Ni uno hasta ayer. No me mire así, se lo pido por favor. Tenga un poco de caridad cristiana. Usted es un hombre bueno y sabrá perdonarme. Perdí la razón por momentos. No, a ella no le diga nada, se lo ruego por lo que más quiera. Ella no tiene culpa de esto. El problema es mío y no quiero que sufra. Discúlpeme, señor. No, su mujer tampoco. A ella la respeto igual que a usted. No sé cómo pudo pasarme. Yo siempre he aguantado los malos pensamientos. Le pido que olvide todo y prometo que jamás volveré a darle problemas. Pero señor, ¿por qué sonríe ahora? Se lo estoy diciendo en serio. Usted es casi como de mi familia, y le admiro. De nuevo, le pido perdón. Señor, ¿qué hace? Olvide lo que pasó ayer, siento que… No se acerque por favor, no quiero caer otra vez. Pero, señor, ¿usted también...?


lunes, 1 de julio de 2013

GRAN TURISMO

Desde entonces papá ya nunca juega con él, y eso que llegó a ser su videojuego favorito. Pasaba horas y horas sentado frente a la pantalla sin pestañear; a veces, mamá se colocaba delante increpándole que cuándo pensaba madurar, que todos los sábados encerrado dale que te pego a la maquinita, que en la vida salían a cenar por ahí y que jamás le había llevado a la playa. Hasta el día que se propuso hacerlo, y no volví a verla.