Desde entonces papá ya nunca juega con él, y eso que llegó a
ser su videojuego favorito. Pasaba horas y horas sentado frente a la pantalla sin
pestañear; a veces, mamá se colocaba delante increpándole que cuándo pensaba
madurar, que todos los sábados encerrado dale que te pego a la maquinita, que
en la vida salían a cenar por ahí y que jamás le había llevado a la playa. Hasta
el día que se propuso hacerlo, y no volví a verla.
La madurez de los hombres tiene el inconveniente de ser tardía a veces, Miguel Ángel, pero también la ventaja de ser reversible. Muy real.
ResponderEliminarJuan M.
Bueno, casi siempre... En esta historia no tanto. Gracias por pasarte. Un saludo.
EliminarJodio muchacho, este Miguel. Yo era del GP y Moto3. Triste breve que nos traes en época apropiada. Cuidadín en la carretera
ResponderEliminar¿Tu, a lo Ángel Nieto? ¡Eso habría que haberlo visto!
EliminarCaptaste el mensaje.
Abrazos veraniegos.
Me gustó el micro. Besos¡¡
ResponderEliminarGracias, un saludo.
EliminarA veces nuestra vida es más sencilla si creemos que todo se basa en poder pasar de pantalla. El problema es cuando la pantalla funde a negro.
ResponderEliminarCon paciencia y sin parar, volveré a ponerme al día.
Saludos desde el Inframundo.