Solo ceniza. Polvo eres y en polvo te convertirás. Algo mejor
nos espera; confiad. El padre Daniel, tras concluir el rito anual de la favila,
sintió una punzada dentro de sí, fruto del desasosiego que venía barruntando
desde hacía semanas. Trémulo, entró al confesionario, esperando como cada
miércoles las seis campanadas. Ella no tardó en sentarse al otro lado de la
celosía. El cura, ajeno a la narración de sus habituales pecadillos, secaba el
sudor como podía. Estaba dispuesto a declararle sus sentimientos esa tarde.
–Y me avergüenzo, padre,
mas lo que siento por ella es real… Padre, ¿me escucha?
Me ha encantado, Peich :)
ResponderEliminarMe alegra, Manoli. Besos.
EliminarBuenas Miguel Ángel, aquí buscando qué es el rito de la favila. Pero el micro es convincente, elocuente y magnífico, que no rima en ente. Un abrazo.
ResponderEliminarUy todo eso es demasiado Pablo, ¿será que eres buena g-ente? Me alegra que lo disfrutaras. Un abrazo.
EliminarQué tristeza transmite el relato, los amores encerrados, prohibidos, la celosía de la moralidad, y qué mala suerte la del párroco. De como pensar que al final será ceniza quiere esperar algo mejor. Muy bien, vecino.
ResponderEliminarLo clavaste también, vecinito. Ya sabía yo que un experto en el clero...
EliminarLa primera en la frente para el confesor, que, como todos, aprovecha la franqueza de sus cándidos parroquianos, para sonsacarles otros secretos. Muy bueno, de veras.
ResponderEliminarUn saludo
JM
El padre no la escuchó mas se desmalló ahi mismo! Muy bueno.y muy original...Saludos!
ResponderEliminarGracias. ¡Un saludo!
EliminarPues nada, se tendrá que conformar con ser ceniza, porque lo que es el polvo...
ResponderEliminarEso me temo que de polvo nada, jajaja.
Eliminarme has hecho sonreir en un dia nublado
ResponderEliminarEso ya es mucho decir, gracias.
Eliminar¡Muy divertido! El verdadero temor de este sacerdote es la lesbiana, pero por temas muy poco espirituales...
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