Espero que puedas perdonarme
pasado un tiempo, Frank, aunque todos en el centro me digan que eso ya es
imposible, que las funciones perdidas nunca las vas a recuperar. Te muestras
impávido, como si no hubiéramos compartido las tres últimas décadas, y duele
que seas capaz de recordar los detalles de nuestros proyectos en la empresa, pero
no quede ni rastro del brillo que había en tus ojos al mirarme. Sí, todo se nos
fue de las manos y sólo ahora comprendo que fue una crisis pasajera. Que no
debí desconectar tu función afectiva como me insistió la doctora Shelly.
Miguel, recibí todos mis regalitos del concurso. Un millón de gracia. Te escribí también al mail. Mercedes Azar (aRGENTINA)
ResponderEliminarMe alegro que llegasen ya a Argentina. Y enhorabuena a ti por ese segundo premio. Un abrazo.
Eliminar