El coronel regresó a casa por Navidad. Ningún escenario
tan árido como la cena de Nochebuena en casa de su cuñado.
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Ya no sabía cómo convencer al general enemigo. Esa noche dejó que le hiciera el amor, y al día siguiente llegó la paz al lugar.
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–Y tú, ¿cómo has llegado hasta aquí? –parecieron decir las
caras de sorpresa de Gandhi y Luther King.
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La paz esté con vosotros, dijo el sacerdote. Se
estrecharon la mano, dándose una tregua hasta la siguiente partida de brisca.
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En el fondo, Lennon sabía que lo único que podía hacer era imaginar.
Como la fea oruga se transforma en bella mariposa, cosa que no piensa un lagarto cuando tiene hambre.
ResponderEliminarSaludos mientras escucho a Lennon.
Vas a conseguir decirlo todo con nada. La paz sea contigo, así se saludaban antiguamente. Si de elegir se trata me quedo con el encuentro de Gandhi y Luther.
ResponderEliminarLa paz también para ti, amigo.
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