Lo que más le
molestaba de que aquella máquina le hubiera cercenado el corazón no era el
hecho de haber tenido que pasar el anillo al dedo anular; ni siquiera el no
poder masturbar a su mujer con la mano derecha. Lo que más le molestaba era no
poder hacer un cuenco con sus manos al beber, como le había enseñado su madre
cuando era niño.
Y hoy ración doble. Os dejo el enlace a otro microrrelato, para el blog Esta noche te cuento y su propuesta del mes de octubre: estrellas. Las mías se visten de bisectriz para gente que se piensa entre sí. Podéis leerlo aquí.
Un dedo y un latir, cercenados al tiempo... Me encanta!
ResponderEliminarSaludos desde el Inframundo.
Me alegro que te haya gustado, Creden. Gracias y ¡un abrazo!
EliminarEste micro me parece soberbio, Miguel Ángel, excelente. Por su particularidad en el orden de valores, por lo evocador que llega a resultar, por lo bien trazado que está.
ResponderEliminarAhora me voy a ENTC.
Un abrazo,
Gracias por tu fidelidad, los análisis y por esos micros de los que a veces uno parece que pilla algo de inspiración.
Eliminarwow uno de los mejore blogs que he leido, aunque no comente mas que esta entrada me encanta tu forma de escribir, es increible como puedes decir mucho tan solo con un par de versos; eso de verdad es admirable, realmente haces que una persona se adentre en lo que esta leyendo y crear una historia completa apartir de ese par de versos.
ResponderEliminarLo que mas me gusta es que sabes escoger y acomodar cada una de tus palabras para que no sea tan denso pero tampoco es tan volatil... es maravilloso
Querida Ninfa gracias por un comentario tan generoso. Espero que sigas pasando por aquí y encontrando historias que te generen eso que dices.
EliminarUn saludo!
Hola Miguel adorei seu blog, seus poemas sao hermosos, penetran en nustra alma. Felicidad poeta!
ResponderEliminarMuito obrigado! Bem vinda!
EliminarHola!!! con tu permiso me uno. Un saludo =)))
ResponderEliminarPor supuesto, bienvenida!
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