Espero que puedas perdonarme
pasado un tiempo, Frank, aunque todos en el centro me digan que eso ya es
imposible, que las funciones perdidas nunca las vas a recuperar. Te muestras
impávido, como si no hubiéramos compartido las tres últimas décadas, y duele
que seas capaz de recordar los detalles de nuestros proyectos en la empresa, pero
no quede ni rastro del brillo que había en tus ojos al mirarme. Sí, todo se nos
fue de las manos y sólo ahora comprendo que fue una crisis pasajera. Que no
debí desconectar tu función afectiva como me insistió la doctora Shelly.
Ventana al mundo
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jueves, 19 de enero de 2017
viernes, 13 de mayo de 2016
LA CULPA

***

Este microrrelato resultó finalista semanal el 30/04/2016 en el programa Wonderland de Ràdio 4 de Radio Nacional de España. Pincha AQUÍ si quieres leer en la página oficial el ganador y los otros finalistas.
sábado, 1 de noviembre de 2014
DESPEDIDA
En esta plaza he podido contemplar a
decenas de jóvenes jurarse amor eterno. Reencuentros. Peleas. Gente tratando de
convencer a otros de que sus dogmas son los correctos. También cientos de
golondrinas trisando cada primavera. Mimos; rateros; vendedores de sueños. He
visto hasta una revolución. Una vez una niña me hizo un dibujo. A mi edad, creo
que son suficientes sucesos. Cuenta cada uno de mis anillos, verás que no
miento. Y tranquilo, no te guardo rencor.
lunes, 14 de octubre de 2013
REMEMBRANZA
Recuerdo los paseos que no dimos a orillas del Duero, aquel
candado que, sonriendo, no colocamos en la baranda del puente, bajo la mirada
de San Saturio. Cómo la sombra de los álamos y el roquedal era capaz de tornar el
agua en un azul petróleo. Me acuerdo tampoco de la chaquetilla que llevabas,
cuando el viento venía asimismo desde Urbión, mezcolanza de tomillo, salvia y
espliego. De las promesas que no fueron
arrastradas por el curso plateado del río. O las caricias ficticias sobre la
hierba húmeda de la ribera.
Lo recuerdo nada como si fuera ahora mismo.
El Duero, a su paso por Soria
Este texto ha sido elegido ganador del V Certamen de microrrelato Río Duero, organizado por el Ayuntamiento de Soria.
lunes, 16 de septiembre de 2013
ANTÍPODAS
Aquella mañana recuperaría las ganas de vivir, pero él aún no
lo sabía.
El hombre encuentra un árbol; no es el que esperaba. Este tiene frutos rojos, tan brillantes como apetecibles. Atraído por lo desconocido se lleva uno a la boca, y después de mucho tiempo, cree ver todo de otra forma.
Y aquí podéis leer el microrrelato "Regeneración", con el que recientemente he ganado la propuesta de la AVV El Vedat para el tema #Sociedad.
En la Isla Norte, Te
Ika un Maui, un hombre camina balduendo, lejos del que fuera su hogar.
Porta una mochila con dos botellas de agua y algunos kiwis, demasiado maduros.
También una soga.
Al otro lado del mundo, el naranja crepuscular tiñe el Valle
del Jerte. Una joven aprovecha para contemplarlo por última vez ese día. Cruza
una linde, hasta llegar a una hilera de cerezos. Abraza a uno. El gusto de su
fruto se extiende por toda la boca mientras saborea el recuerdo.
El hombre ha llegado a los pies del Monte Taranaki. Deja su
mochila en el suelo, y saca la cuerda. Mira en derredor en busca de un árbol.
La joven ha terminado su pequeño banquete de rubíes. Antes de
que se eche la noche debe volver. Coge dos huesos para enterrarlos, no muy
lejos de allí. Y sonríe antes de partir.El hombre encuentra un árbol; no es el que esperaba. Este tiene frutos rojos, tan brillantes como apetecibles. Atraído por lo desconocido se lleva uno a la boca, y después de mucho tiempo, cree ver todo de otra forma.
"Árbol antípoda" de © Tomi Caballero
Y aquí podéis leer el microrrelato "Regeneración", con el que recientemente he ganado la propuesta de la AVV El Vedat para el tema #Sociedad.
lunes, 1 de julio de 2013
GRAN TURISMO
Desde entonces papá ya nunca juega con él, y eso que llegó a
ser su videojuego favorito. Pasaba horas y horas sentado frente a la pantalla sin
pestañear; a veces, mamá se colocaba delante increpándole que cuándo pensaba
madurar, que todos los sábados encerrado dale que te pego a la maquinita, que
en la vida salían a cenar por ahí y que jamás le había llevado a la playa. Hasta
el día que se propuso hacerlo, y no volví a verla.
sábado, 13 de abril de 2013
RUTINA
Y tú para de leerme la mente, maleducado. Cuando te regalé la
actualización, acordamos que la desconectarías al entrar en casa. Me prometiste
usarla sólo en la oficina para medrar entre tus compañeros. Confieso que al
principio me gustó. Pero ya estoy cansada de que siempre cocines lo que me
apetece, de tocarme justo donde necesito, de tus plenos en los aniversarios.
Que una también añora que seas un poco más humano.

Hoy he sabido que mi microrrelato "Éxodo" estará incluído en la nueva antología de Diversidad Literaria. Allí también estarán autores como Ana Fuster, Calamanda Nevado, Fran Rubio, Ignacio Rubio, Mercedes Daza, Paloma Casado, Paloma Hidalgo (y algunos más que me dejo en este primer vistazo) que saben lo que se hacen en esto contar historias con pocas palabras.
domingo, 10 de marzo de 2013
Trance
Ayer evidenciaban instantes de felicidad, pequeñas teselas de los últimos años
vividos en el grupo: el cumpleaños de Javier en el que tuviste un encuentro
furtivo con su hermana, la fiesta de Halloween, con todos ubriacos, como
decía aquel italiano tan gracioso que se nos acopló sin conocerle nadie, el
descenso del Sella compartiendo petaca y risas con propios y extraños.
Hoy, la alegría obscena de esas fotos, contrasta con las caras largas de los que te conocimos; desde estos malditos sillones de escay me pierdo en tu retrato, y a ratos me preguntó por qué motivo hemos sido tan idiotas. Sin despegarse de él, tu madre busca entre nosotros a quién poder subir a su cadalso, y el parpadeo del fluorescente nos ofrece una tregua violeta, permitiendo que más imágenes vuelvan a la memoria.
No tardará en aparecer alguno en la sala reconviniendo que, de vez en cuando, tienen que pasar estas cosas para que los demás aprendan. Que pudimos ser cualquiera. Que hay que cambiar y tirar para adelante.
Y yo digo que quién sabe al final lo que es lo correcto. Que éramos iguales. Que nunca se sabe. Y que qué feliz fuiste, vaya.
Hoy, la alegría obscena de esas fotos, contrasta con las caras largas de los que te conocimos; desde estos malditos sillones de escay me pierdo en tu retrato, y a ratos me preguntó por qué motivo hemos sido tan idiotas. Sin despegarse de él, tu madre busca entre nosotros a quién poder subir a su cadalso, y el parpadeo del fluorescente nos ofrece una tregua violeta, permitiendo que más imágenes vuelvan a la memoria.
No tardará en aparecer alguno en la sala reconviniendo que, de vez en cuando, tienen que pasar estas cosas para que los demás aprendan. Que pudimos ser cualquiera. Que hay que cambiar y tirar para adelante.
Y yo digo que quién sabe al final lo que es lo correcto. Que éramos iguales. Que nunca se sabe. Y que qué feliz fuiste, vaya.

He tenido la alegría de ver a este microrrelato entre los mencionados del concurso de Febrero del blog "Esta noche te cuento"
lunes, 29 de octubre de 2012
Handicap
Lo que más le
molestaba de que aquella máquina le hubiera cercenado el corazón no era el
hecho de haber tenido que pasar el anillo al dedo anular; ni siquiera el no
poder masturbar a su mujer con la mano derecha. Lo que más le molestaba era no
poder hacer un cuenco con sus manos al beber, como le había enseñado su madre
cuando era niño.

Y hoy ración doble. Os dejo el enlace a otro microrrelato, para el blog Esta noche te cuento y su propuesta del mes de octubre: estrellas. Las mías se visten de bisectriz para gente que se piensa entre sí. Podéis leerlo aquí.
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