Ensayo y error
Prefiero las ratas. Llevan
años acompañándome en el laboratorio. Además, compartimos un noventa y cinco por
ciento de genes con ellas. Sin embargo, esa parte restante nos convierte en lo
que somos. Seres capaces de las mayores hazañas. La mía ha sido la de encontrar,
al fin, una cura para la ELA. Todo ello gracias a mis pequeños roedores.
Después de los aplausos y reconocimientos llego a casa. Silencio. Marco su
número pero nadie contesta. Dejo otro mensaje. Pienso en las ratas. Al menos
ellas aprenden por dónde no ir a base de descargas y saben salir de un
laberinto.
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