Mi madre insiste en que te
diga que al conocerte le pareciste único y, al poco, te veía ya como el hombre
de su vida. Tan rápido fluye el amor. Que nadie conseguía hacerla reír como tú en
aquellos primeros tiempos, y quién mejor iba a tener al lado para criar a sus hijos.
También que todo fue demasiado efímero y lamenta no haberte dejado con el
primer bofetón. Y que espera que no la molestes más. La posdata de la nota es
para mí, dice que me cuide mucho y no deje que tu sangre llegue hasta la
moqueta.
